la hoja está arrugada

Pensar en lo nuevo ¿trae cosas nuevas?

Me gusta creer que sí y, como sabemos, la fé es indiscutible.
El lunes de hoja en blanco resultó próspero. Llamado inesperado, tareas por delante, clases tranquilas. Un reencuentro con la porción de la normalidad que me trata bien.

Martes temprano salgo de casa, la actitud es la misma -incluso renovada- para encarar el día. ¿Pensar en lo nuevo? Lo viejo densifica los minutos, todo normal -pienso-, sigo tolerando total ya va a pasar, dos horas después me duele la cabeza, bueno quizás es solo el día -me digo- lo que me haga bostezar, cuatro horas y la espalda se queja insoportable. ¿Cómo puede ser que después de todo lo que dije nada, nada, nada haya cambiado?
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Mi psicóloga está enferma. El lunes la operan. Por otro lado me enteré que tiene cáncer.
No estoy preparada.

Me voy a acostumbrar si pasa. Pero -en serio- no estoy preparada.