¿Escribir es banal?

Lola habló hoy de los blogs como diarios íntimos. Mi blog es algo así como una agenda, como una libreta. Una vez había dicho como un museo personal.
Es una galería. Pero es un diario también. Escribo para mí también.

Estoy pasando una situación muy compleja familiar, no sabía cómo contarlo porque no quería muchos comentarios luego de "dale, todo va a pasar", etcétera. No, no todo va a pasar. Hay cosas, como la distancia entre la vida y la muerte, que no cambian, no dejan de ser lo que son a pesar de que escribamos perfectas confesiones o comunicaciones exactas.

Toda escritura es banal hoy, y sabemos que necesitamos lo banal para vivir. Escribo en un recreo de dolor. Porque la vida es así ¿no?, una de cal y una de arena. Hasta que la de cal se te cae encima, te come, te saca la carne, los músculos, los huesos y es eso en esqueleto o dejarse ir del otro lado.
Es difícil la vida, así como es de fácil por momentos. Es tonto escribir pero cuando uno tiene el vicio lo hace igual.

Otra vez la canción de los Redondos suena en mi mente: nadie se puede comer tu dolor. Yo no puedo comerme tu dolor. Tu madre, tu hermano, nadie puede comerse tu dolor. Y querríamos salvarte una y otra vez, pero no querés. O sí querés, no sé. Los médicos te salvaron esta vez. Te queremos. ¿Cómo se enseña a ser feliz?

La fiesta del sábado, sacudir las caderas, la guardia del domingo, en la espera al borde del sí o del no. Fue sí, acá estamos. Pero alguien que quiero está muy débil, muymuy muy débil y no hay nada que decir más que no puedo dejar de creer en dios. Y pedir por él.

nada más
anticipo los comentarios de aliento y los agradezco pero mejor no, mejor hoy, acá en este post no dejen comentarios, gracias