Primer día: motivos

En la búsqueda siempre queda el yo. El yo es tripartito, al menos en la teoría A. Podría considerárselo estallido, también en la teoría A pero A(1).
En la práctica C, que es la que trato de llevar a cabo, el yo suele ser un impedimento. Para el blog es claramente el sustento, es ESTA escritura, la del yoyoyoyo la que cuenta en última instancia en el quantum blogueril. Sería una buena idea deshacerlo. Hay otras ideas, también difíciles de lograr.
En relación a 1/yo cuenta la pasión por el registro. Clásica del obsesivo, ya citada, es esa manía cuenta gotas, cuenta segundos, cuenta tutti.
Ahí sigo, por ahora, me alcanza.

Hoy es el primer día de mi licencia. Tengo 14 días completos para preparar mi último final.
Este fue el primer fin de semana que me tomo en meses sin trabajar ni estudiar. Solo una reunión pero me fui antes. Estuvo bien, lloramos, nos reímos. Vimos la final hinchando para equipos contrarios.
El sol esta mañana otra vez me llevó de las narices a un ánimo inesperado. Ya saben, me maneja. Era dorado furioso, desgajándose a lo largo. La cúpula redondita y adivinada bien lejos de la mezquita y la banda marrón que desde casa forma el río. De izquierda a derecha en un paneo el viento menos húmedo que la semana pasada. Y cumplí: vitoreamos desde el mediterraneo y soplamos la niebla.

Lástima que se haya terminado. Voy a extrañar esa veda obligatoria que habíamos puesto a la neurosis. Estoy pensando en volver a escuchar a Costafebre, quién dice, funciona todo el año, todos los años. ¿Será así?