Neuro-ficción

Quería cocinar una tarta de zapallitos pero los zapallitos estaban podridos.
Habría que tirarlos, digo, ya los tiré, pero habría que sacar la basura porque, además, están las algas en esa bolsa.

Me olvidé de contarte el evento de hoy con las algas.
La mina de los masajes -¿te había dicho?- trabaja con algas. Me las unta en las piernas y después me enrolla en un papel de plástico como el que se usa en la cocina. Bueno, la cosa es que estaba en la camilla y el gato empezó a maullar. Pero mucho, mucho mucho, como cuando comemos los postrecitos de dulce de leche. Sacando la lengüita. Estaba como loco. Yo no me avivaba hasta que Mirta —¿te dije que se llama Mirta la masajista?— me dice “parece que al gatito le gusta el pescado”... ¡claro! Las algas tenían olor a mar. Te explico que lo empecé a pensar y dije ¡qué asco! en voz alta. Creo que ella se ofendió porque empezó a explicarme cuáles eran las propiedades curativas y regeneradoras de las algas; con lujo de detalle innecesario como la incrustación del plancton y no sé qué otras definiciones técnicas que, yo, embadurnada como estaba; no quería ni podía incorporar. La cosa es que están los plásticos en el tacho así que no deberíamos dejarlos fermentar con los zapallitos ¿no?.

Bueno, la comida. Ya me olvidaba. Diría de descongelar las pechugas de pollo, aunque las odio y no hay nada para acompañar. ¿En el freezer habrá alguna verdura?. No quiero pedir comida porque este mes estamos medio cortos de guita y si ya empezamos a gastar en delivery hoy no llegamos al 20. O sea: habría que bajar a comprar verduras o ver qué podemos improvisar con lo que hay. Acordate de la basura de paso. Preferiría no comer fideos, pero bueh.
¿No están las presas que quedaron del pollo a la sal que puse al horno el día que vino Juan y que vos congelaste?
Disculpá pero no quiero hablar más por hoy porque me duele mucho en serio y me agota, me duelen la garganta y los oídos. Y como que respiro más y además ahora me siento afiebrada.
Tengo miedo de que sean nódulos. ¿Tendré que ir al fonoaudiólogo? Porque es repetitivo esto ya. Me pone muy triste este tema. ¿A vos no?

¿Puedo dormirme con la cabeza en tus piernas? Tengo miedo de estar sola por las pesadillas de ayer. ¡Cómo que no te acordás! ¡Ves que vos no escuchás nada de lo que te digo!.
Te la voy a contar de nuevo, pero mejor que te la acuerdes, porque la cuento una vez y ya, sino no duermo en toda la noche. Era con un señor muerto, amigo de mis viejos. En el ascensor. Acá en el de casa. Se caía conmigo adentro y el tipo de arriba me gritaba “agarrate que te saco, agarrate que te saco”. Yo caía y abajo me estaba esperando la mina esa que cuida a la abuela del quinto piso, la que es medio bruja. Te digo que era terrible. No te rías, te estoy diciendo que era terrible, si hubieses estado ahí estarías asustadísimo.

Bueno, ahí en el sueño, se entiende lo que quiero decir. No te hagas el pelotudo por favor que bastante ya te sale al natural.

¿Tratamos de mantener esto un poquito ordenado? Porque si me tengo que quedar acá sola me re deprimo. No te enojes. ¿puedo ver la tele mientras terminás de ver tus mails?.
Me parece que mejor me voy a lo de mi mamá, si te vas a estar quejando de mí todo el tiempo me voy, al final me tratás como si yo tuviese la culpa de estar enferma. Podrías tratarme sin enojo bancándote que esté deprimida ¿o no?.

Tengo que pedirte todo diez veces y al final mi garganta sigue irritándose...