Compromiso, vos yo tú él nosotros

Hoy me levanté de mejor humor. Las cosas, de a poco, van encontrando su lugar.
Como dice un amigo uruguayo "la carreta va andando y los zapallos se van acomodando". Así estamos, a una semana del Congreso, a un día de entregar notas en la Escuela, a cuatro de pasar lo de Puán, a cinco horas de la última clase del cuatrimestre, a un mes del casamiento de JP y M. ¿A cinco meses de recibirme tal vez?...

(Creo que es obvio pronosticar la depresión post-actividad que me va a agarrar en Enero)

Pero la cosa es que el buen humor -soleado- me lleva a otros caminos mentales que los de la obligación cotidiana.
Ultimamente la gente termina charlas cuando habla conmigo con la frase: -"Y bueno, vos estás casada". Creo que eso ha dado lugar a varios malosentendidos. Es verdad que en términos "emocionales" estoy comprometida y que en cuanto a la cotideaneidad de mis días la convivencia es básicamente lo mismo, al menos en el pacto de relación que tenemos con P. Pero nomás quería comentar que el día que me case habrá fiesta. Porque está bueno festejar y armar ritos. Me gustan los ritos. Las ceremonias.
P. me acusa de new age al son de "a vos te viene bien cualquier cosa". Y tal vez sea cierto, pero a mí me sigue resultando escalofriante (y bello) que alguien ponga su intención en algo que no se puede comprobar.

Buscar allá, más adelante, un encuentro, una comunidad, un espacio de compromiso. De alguna manera, apostar a lo que todavía nos queda por construir y empezar a hacerlo desde ahora.
Para mí todo eso tiene un viso de trascendencia que mi formación judeo cristiana no me permite olvidar.

Espero que mis compañeros del Encuentro no se depriman al enterarse de que es en este mismo tipo de expectativa desde donde funciono para trabajar juntos.