¡Nada a interpretar ni a significar, pero mucho a experimentar!. Deleuze / Guattari "Rizoma"

viernes, octubre 13, 2006

Después de la lluvia

La semana se despliega en la agenda con bullería monstruosa. El lago Ness se desborda disciplinadamente. En la guarida el fuego anda menguando, no es el amor es el cansancio, honey. Todo bien, todo bien, pero vos sabés que a mí la primavera me altera, laralararala. Si todo fuera una canción. Pero no lo es. Lola habla de sabiduría y yo pienso en raspones, la niña de las tres x nos cuenta su viaje y yo retengo "amigas", "juntas", "esto también pasará" y tengo miedo. Con Kety, una compañera de trabajo hablamos de bebés. Es que ella también. Me recomienda congelar mis óvulos. Yo me preguntó cómo llegaron los 28 sin bebés. Yo era la indicada para recibirlos temprano con mi chico-tolkien, mi chico-rey a los 20 años. Ahora puede ser que sea más sabia pero claramente soy más vieja. Está bien, es el momento, es lo que es pero pienso en el futuro y que seré vieja cuando mis niños crezcan, si hay niños. Ya dijo alguien que habría que casarse la primer semana de conocerse, parir al mes y tirar para adelante. Total. Después todos tenemos que tirar para adeante. Pero hay más. Hay más vida por aquí y es primavera. Eso quiere decir que los engaño. Engaño a todos. Me siento de 21. Corro y corro, busco los patines y desafío a un alumno a una carrera imposible. Podría ganarle pero me dejo. Solo para que se ría y se le hinchen los pulmones. Es la buena acción del mes. Dejemos que ellos nos superen mientras tomamos el té. Si todo fuera una canción sería más fácil. No lo es. Igual me corté el pelo. ¡Y tengo flequillo! Responsablemente cumplí todo. La tarea salió bien. Comprendí que lo de dejar el taxi es imposible, por lo menos no es éxtasis aunque me sale igual de caro. Un día de este año tuve miedo del alcoholismo y luego comprendí: ya no hay drogas que me tienten. Es un día después de la lluvia, siempre. Aunque llueva ya miré que la inundación iba a bajar. Siempre baja. Hay que esperar que caiga el agua, toda junta, sobre el pelo. Que el pelo pese hasta el centro de la tierra, dejarse chorrear de a pedacitos y rezar con todo el cuerpo hasta que pare.

1 comentario:

marina k dijo...

qué lindo post, enserio.
un beso grande.