Atrapada entre tenazas

Hace mucho mucho tiempo, en una galaxia muy lejana, había escrito sobre la pinzadura literaria. Había estado bastante desconectada de todo, y me sentía cómoda, aunque nostálgica en aquella posición. De pronto las cosas comenzaron a cambiar.
"La Pinza", concepto barcístico que solía utilizar con frecuencia en mi versionada visión de la realidad, reaparece hoy con todas sus fuerzas.

Pinzada, sin quererlo,reaparecieron ayer recuerdos de miedos iniciáticos y risas en el aula 108. Ninguna de las personas que me rodeaban lo supieron. Era una cena, había muchos escritores, cerveza y pizza. Nadie supo lo que me acosaba, pero yo lo recordé, y pude ver cómo la pinza crecía y crecía y yo adentro y adentro y cómo cada vez escribía menos, menos, menos y, hoy, sintiendo la resaca de la noche, entré al blog de los muchachos y leí el post de Terranova -que había tenido muchos comentarios- y me quedó la idea de los "escritores de NYC" y de cómo eran lombrices enredadas en una botella.

Tal vez la pinza sea más cerrada de lo que creía.
La pregunta que me hice fue: ¿cómo salir?.
¿Pido auxilio?
O más aun ¿cómo estar sin estar? ¿Es eso posible?.
Escribiéndome con lolamaar me di cuenta de que esas paradojas son bastante zen y también volví a disfrutar de lo mucho que me ayuda, para pensar, escribir.

Así que, por lo visto, sin resoluciones, adentro o afuera, será cuestión de buscarse el tiempo para la escritura. Y que vaya saliendo...