hebras

Son como muchos hilitos, casi invisibles, todos entrecruzados, como la fibra que recubre un cable coaxil. Así es lo que percibo de mi vida, de mis intereses, de mis sentires.

Claro que lo que falta es el cobre gordo ese que conecta la señal. Como decirlo, el nudo de la cosa, el centro dorado. ¿Cómo encontrar la esencia de las cosas cuando no creemos en tal esencia?...

Y bueno, ahí viene la multiplicación de los hilitos. Hebras multicolores que se agolpan y me arrollan y me rodean. Y en el centro vacío, yo, que no soy cable, ni soy aire pero que me siento ajena a mi propio tejer. Y está bueno. Está bueno pero es raro, entremezclarse en estos caminos, vericuetos, cruces.

Toda enredada, así es como ando. y BASTANTE FELIZ del enredamiento. Eso es lo raro, no. El arte de tejer la propia vida me está consumiendo apasionadamente. Me saca de mí y me vuelve a meter. Entre hebras, tejida, cubierta, atrapada y suelta a la vez.